Enfermedades Crónicas Metabólicas

Cuando se observan los perfiles de morbimortalidad mundiales, nacionales y locales, se pone en evidencia que las enfermedades crónicas están posicionándose en los primeros lugares, desplazando el liderazgo que por años ostentaron las causas infecciosas (http://www.dadiscartagena.gov.co/).

Múltiples son las razones que justifican estos cambios. La tendencia general a los modos de vida urbanos, la creciente inseguridad, el acceso fácil a comidas con alto contenido energético, sumado a niveles cada vez mayores de sedentarismo y actividades lúdicas con poco o nulo gasto energético, son el escenario perfecto para el desarrollo de obesidad y cambios metabólicos, que resultan en riesgo para el desarrollo de enfermedad cardiovascular.

La evidencia es contundente acerca de la importancia del ejercicio físico como acción preventiva de estos desórdenes, pero también es clave las dificultades que entraña la realización de esta práctica de manera habitual.

Impactar esta realidad no es tarea sencilla, toda vez que existe un entramado que subyace y soporta estas nuevas formas de ser y estar en el mundo. Factores sociales, culturales, económicos, psicológicos y muchos otros de índole diversa, están relacionados directa o indirectamente con la presencia de factores de riesgo cardiovascular y exigen una mirada holística que los conozca y los incluya en los programas de Promoción de la Salud y Prevención de la enfermedad que se quieran adelantar.